venerdì 31 agosto 2007

A continuación viene un texto sobre el manual del asador argentino, un robo a mano armada al autor Juan Cruz Tobalaba. (Gracias Lalo)

Porque sobre el asado, porque la palabra “asado” remite a cosas diferentes y no contradictorias, todas cargadas de ricas connotaciones. El asado moderno es una comida, una parte del menú –“¿Qué comemos hoy, vieja? Asado”–; es un tipo de reunión social amistosa, atractiva –“Venite el sábado que va a haber un asado”– por su calidez e informalidad y, cada vez más, un ritual de reglas estrictas: “El asado lo hago yo, los otros no saben”. Así, el asado es algo que se come, algo a lo que se asiste y/o algo que se hace. Está en el plato o sobre el pan, sucede al aire libre y se produce según pautas y reglas convencionales.
Comer asado –colesterol mediante– es una opción saludablemente incorrecta porque no ofrece alternativas light, sobre todo si se le suma el universo multiforme de la parrillada, que no puede faltar. Hacer un asado (asumirlo como propio) es una performance compleja que compromete aptitudes y prestigio, desglosable en tres tareas que pueden estar repartidas entre varios o asumidas por el omnipotente asador: comprar la carne, prender el fuego, hacer (propiamente) el asado. Hay especialistas en cada ítem, pero el asador con vocación debe monopolizar las tres tareas.
El asado es, en todos los sentidos, uno de los reductos últimos de la masculinidad argentina o del mito argentino de los valores criollos. Bien ahora disfruten de este manual, que deberé traducir al italiano y al arabé (Dueños de tods las carnicerias) asi aprenden a no maltratar la carne.

Introducción al tema.

Cuando decimos carne estamos diciendo PATRIA, con P de Pueblo, A de Argentina, T de Todos, R de República, I de INTA y A de Argentina, de nuevo, pa que quede claro!!!

La carne es el tejido fibroso, entre el hueso y las mantecas que es el alimento Nacional por naturaleza. Ya en tiempos de la Santa Federación, los gauchos se mantenían solo con asado. Y así eran Felices, no había ni radio, ni Internet, ni televisión, el gaucho se entretenía viendo el chisporrotear amigo de la brasa, los arabescos caprichosos de la humareda.

NO HAY NADA QUE REEMPLACE EL CHURRASCO, EL PERNIL, EL MÚSCULO, LA FIBRA. Esto tiene que hacerse carne en vuestras almas, valga la redundancia: en estos tiempos donde se está perdiendo el ser nacional a manos de hamburguesas apátridas, en estos tiempos donde el infame VEGETARIANISMO INTERNACIONAL nos está corrompiendo las pampas con la soja, manchando con sus libros de cocina macrobiótica, y diciendo que esa planta tiene tanto hierro como el fruto de nuestras vacas, debemos hacernos fuertes CONOCIENDO las entrañas, APRENDIENDO lo más íntimo y noble de la vaca, haciéndonos vaqueanos del sendero que las pezuñas han trazado en el suelo de nuestra entraña .

No hay nada como el aroma del asado. Para un pulmón argentino no hay nada mejor que el elixir gaseoso del perfume de un pedazo de lomo a la parrilla.

IDEA PODER: el cuero de la vaca es nuestra segunda enseña patria

CAPÍTULO 1

Cómo hacer un buen asado

Habladores y conocedores hay muchos, asadores: pocos. Por eso cuando hacemos un asado siempre es uno solo el que cocina y muchos los giles enrededor que comentan y aconsejan sin que nadie les pida la gauchada. Siempre que nos aventuremos a cocinar una carne tendremos gente que intente decirnos qué como prender un fuego, que cómo hacer durar la brasa, qué como evitar que se arrebate, que le falta chimichurri y todo eso. Por eso lo primero que debemos aprender es: De nadie más que de uno es la parrilla, el asador es soberano; El crepitar jubiloso del fuego tiene que taparnos las orejas ante esos espejismos vocales que nos dicen "echale alcohol así prende", "ponele briqueta"... Y Qué es la briqueta? LA BRIQUETA ES UNA COCHINADA…

IDEA PODER: La parrilla es del que cocina.

CAPÍTULO 1-A. EL FUEGO


El criollo debe hacer de sus manos una chispa, cada dedo suyo será como una llama. Solo con sus manos, unas maderas y algo de carbón debería ya prender un fuego. Se puede aceptar el fósforo, claro que sí, porque no hay que estar a contrapelo del progreso. El fósforo y el tren y la f100 son cosas que no van en contra del sentir de lo nuestro. Pero la briqueta sí, porque la briqueta es un agente químico, algo así como un "cubito de caldo de fuego" y todos sabemos la porquería que es un caldo de carne. Están hechas con cascarillas de arroz, restos de caña de azúcar, pulpa de papel o cartón! Con basura!!!! ponerle briqueta al fuego es como tirarle las basuras del día!!! Sí la tragedia de Caín empezó por hacerle un fuego al Tata Dios con deshechos, IMAGÍNENSE QUE SERÁ DE NUESTRO ASADO SI LE HACEMOS CALOR CON ESA PORQUERÍA!

LA forma en que se dispondrán las maderas y los carbones será como si armáramos una carpa de circo o un rancho circular. Como en todo, el orden es la base para que nuestro fuego agite sus banderas con brío. Si las ponemos así nomás, a la que te criaste, no será un fuego sino una fogata. A ver si me explico A las luces ígneas no hay que apurarlas, si bien son corrosivas y fuertes, también son frágiles como la amarilla flor de la retama, y hay que cuidarlas, mimarlas, tratarlas con cariño. Con paciencia hay que agregarle un carbón o dos, como quien tira piedritas en un charco. Igual que una gallina no hay que llenarlo de alimento porque se embucha y se va a ahogar. Las mejores maderas son las más duras, no cometan la burrada de tirarle las patas de una silla vieja. Que sea siempre madera, nunca esa alimaña extranjera del aglomerado.

IDEA PODER: Como la pasión, un fuego no se enciende así nomás

CAPÍTULO 1-B. DEL LUGAR DONDE COCINARLO.

El asado es un dios que no admite altares foráneos. Entiéndase por esto, que no será asado si la carne la cocinamos en los chulengos, esos tambores de chapa cortados al medio como una res ni tampoco en esas PORQUERÍAS tecnológicas de las barbacoas. Si bien la parrilla o el horno de barro son lo mejor, se admitirá también una costumbre que impusieron los viejos obreros de la construcción: la rejilla de patio con unos ladrillos y la noble carretilla. Y entendamos también que en ese templo sagrado solo entra carne, nada de pizzas ni de morrones desentrañados o cebollas, a lo sumo puede ir una papa, pero nada más. El asado es un lujo frugal, que se logra con poco, no con mucho


IDEA PODER: Si bien el gaucho hacía fuego sin tecnologías, el fósforo no va en contra de lo nuestro

Que lo disfruten y traigan un buen tinto para el asado.

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